miércoles, 5 de septiembre de 2012

ADJETIVO IMPERTINENTE


Dijo el doctor tras leer un par de relatos míos que no había duda: estaba infectado.
—Pero tranquilo porque tiene cura.
—Dígame cómo— rogué asustado. —No puedo dejar de colocar adjetivos inútiles.
—Mire, es importante que no lea libros comprados en el supermercado. Absténgase también de los  recomendados por su cuñado.
— ¿Sólo eso? ¿Bastará?
—No. Lea, alternando cada cuatro horas, a Juan Rulfo y a Raymond Carver. Eso durante cinco días. Si se encuentra peor puede echar un ojo a Juan José Millás, pero sin abusar. El fin de semana lea sin descanso a Roberto Bolaño. Con eso debe ser suficiente.
—Gracias, doctor. ¿Me quedarán secuelas?
—Borges quiera que no.
Y me fui de la consulta.

2 comentarios:

  1. Hola, bueno creo que ha habido suerte y puedo ya opinar en tu blog...!! Fase de pruebas!!!

    Rafa.

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