martes, 28 de mayo de 2013
SIEMPRE ES TARDE
Veamos, dijo, "La tarde arde al calor de tu pelo..." escribió sin convicción. "La tarde que te vi cruzar la avenida..." aquello era peor, se convenció. "Quizá mañana sea tarde para decirte..." pero tampoco pretendía decir eso. Al final tomó una decisión. Cerró el cuaderno y se prometió que continuaría más tarde. Llevaba haciendo eso 30 años. ella estaba casada y tenía hijos. Pero él no desistía, era un tipo paciente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hola, Marga;
ResponderEliminarLo tengo en cuenta. Besos!